Edificio de departamentos
Planta baja, jardín, puerta de entrada;
primer piso, balcón con diez macetas;
segundo, de cortinas con volados;
tercero, un gato y una bicicleta.
Del cuarto cuelga un potus hacia abajo;
en el quinto, una abuela teje, inquieta;
en el sexto hay dos chicos en la hamaca;
del séptimo se ven pasar cometas.
En la terraza, el último, hay dÍas
en que la ropa baila como loca.
Y noches en que las brujas aterrizan
y hacen en sus calderos negras sopas.
Sueño
Si me sueño que soy perro
y un perro se sueña yo,
cuando ya estemos despiertos,
¿a ver si algo cambió?
Pajarito de papel (poema para plegar)
Hay un pájaro escondido:
en esta hoja hizo nido.
Si la pliegas como debes,
seguro se te aparece.
Si la arrojas hacia el cielo,
mira su sombra en el suelo.
(Que el pajarito no vea
que su vuelo te marea.)
Y, por fin, cuando se pose,
es tuyo, si te conoce.
Perro gato pájaro yo
Perro que ladra a la luna.
Luna que no le contesta.
Gato maúlla a la luna.
Luna sorda, sorda o muerta.
Pájaro canta a la luna.
Luna mudamente nueva.
Y yo la escribo y la escribo
letra por rayo por letra
y por fin entreabre un ojo,
y a medio párpado vuelta,
rompe de a tajos el cielo
con su cuchillo de seda.
Pantalón papelón
RompÍ mi pantalón,
fue en medio del partido...
Y aunque cerré los ojos,
me vio hasta el que no quiso.
RompÍ mi pantalón,
“creeech” fue el ruido que hizo...
Quedé paralizado,
abotonado al piso.
Y perdÍ la pelota
y perdÍ la jugada,
perdimos el partido...
Qué furiosa es la hinchada!
RompÍ mi pantalón,
y del rojo rabioso
se me cambió la cara
al negro tembloroso.
El negro de las sombras
que sobre mÍ caÍan
como insultos filosos
que raspaban, dolÍan!
RompÍ mi pantalón,
fue en medio del partido...
Y lo peor de todo:
¡tenÍa el calzón de ositos!
¿Qué tal?
Mamá, mamá, traeme el pato grande,
el barco, el tiburón y la ballena.
—Esta bien, pero vos metete, dale,
que va a ser pronto la hora de la cena.
—Mamá, mamá, me falta el submarino,
el botecito verde y los soldados.
—AhÍ voy, va, va. Te los alcanzo y basta:
que el agua sale ya por todos lados.
—Mamá, mamá, acordate de las lanchas
y del delfÍn de goma de LucÍa.
—Yo te lo llevo todo pero, adentro!,
que cada vez el agua está más frÍa.
—Mamá, no quepo! Esto está todo lleno...
¿Qué tal si no me baño y sólo juego?
Rosa barbi
Color, color
tentáculos de pulpo.
O goma de mascar espesa.
Es un rosa constante
indestructible.
Como si fuera gelatina gruesa,
se va adhiriendo,
y no puedo impedirlo!,
a todas todas pero todas
las cosas que yo guardo
aquÍ en mi pieza.
¡Diablos!
Un diablo cuando hablo
sale rojo por mi boca,
patina en un trabalenguas,
se desboca y me equivoca.
Cuando mi casa se llena
de duendes de colorado,
¡diablos! es lo que grito
y vuelan para otro lado.
“Bla, bla, bla, que no existen los diablos”,
una seňora me explicaba un dÍa.
Y mientras ella me decÍa estas blablas,
yo vi que mil diablos sonreÍan.
Prueba escrita
Estoy en una prueba,
shh, lean en voz baja.
Nunca hay que molestar
a alumno que trabaja.
Estoy en una prueba
y borro como loco.
Estudié muchas horas
¡pero me acuerdo poco!
Me tiemblan las dos piernas
y los dientes me suenan,
Se me nublan los ojos,
la mente se me frena.
“Lean bien las consignas”,
“No se apuren”, “Revisen”,
“No se copien”, “No espÍen
lo que el de al lado escribe”.
(¿Valdrá si ustedes soplan,
aunque sea una respuesta,
ahora que no mira
ni escucha la maestra?)
Por suerte, poco a poco,
los clavos del cerebro
se aflojan y contesto
y dibujo y resuelvo.
Suena el timbre y la seňo:
“Entreguen ya las hojas!”
y al frente van volando,
mariposas nerviosas.
Igual que las hojitas
qué alivio!, liberadas,
salimos al recreo,
flotando, en gran bandada.
Ahora sÍ que se puede
leer tranquilo en voz alta,
hasta el fin del poema,
que es el verso que falta.
Arroyo
Agüita chica y plateada,
entre la tarde y la pausa,
de la vertiente gotea,
brinda chinchines sin causa.
Mientras va corriendo y corre,
roja verde, negra, azul,
toda piedra gris del fondo
toca con pincel de luz.
Y si tus pies se han dormido
a la orilla de la siesta,
con pellizco de burbuja,
mojados te los despierta.
Cómo guardar un secreto
Ponerle gruesos candados
que cuiden ocho dragones
montados por caballeros
bravos, pesados, peleones.
Rodearlo con unas plantas
de cactus, los más pinchudos,
y cuarenta puercoespines
erizados y chinchudos.
Si aún así se te escapa,
el secreto, cosa loca,
lo que más te recomiendo
es que no abras la boca.
Selva ordenada
Abejas, armarios, aros,
balanzas, bebés, burbujas,
cráteres, cúspides, caspa,
dromedarios, dientes, dudas.
Estrellas, emes, empleados,
fiestas, focas y fogatas,
grutas, gorros, golosinas,
helados, hienas y hadas.
Iguanas, iglúes, islas,
jaulas, jinetes, jabones,
kimonos, kioscos, koalas,
lámparas, latas, leones.
Mares, manos, mariposas,
naves, noches, mucha niebla,
ñoquis, ñandúes y ñoños,
ombligos, ollas, orquestas.
Papeles, pelotas, pueblos,
quinotos, quetzales, quesos,
radios, rosas y ravioles,
sopas, serpientes y sesos.
Tambores, taxis, tijeras,
uvas y uñas con ungüento,
vacas, veranos, violines,
velas de windsurf al viento.
Xilofones, xoconoxtles,
yates, yoyós, yararás,
zapatos, zorros, zorzales.
Todo esto hallarás y más,
en esta selva ordenada
del diccionario escolar.
Adivina, adivinador
Adivina, adivinador,
¿cómo sabe la hora
el pájaro madrugador?
Tiene un reloj de sol.
Adivina, adivinador,
¿cómo vuela el pájaro del adiós?
Con lágrimas en los ojos
y un pañuelito de arroz.
Adivina, adivinador,
¿qué plumas se le cayeron
al ave azul del amor?
Dos plumas que se clavaron
en medio de un corazón.
Adivina, adivinador,
¿qué pájaro con pasajeros
más alto va que un halcón?
Sin duda, el pájaro avión.
Adivina, adivinador,
¿dónde dejó sus pichones
el pájaro de la canción?
Sentaditos sobre un verso,
uno que nadie leyó.
Con paciencia
Un buen traje de momia se consigue
en el baño, mirándose al espejo
y enroscando, sin marearse nunca,
papel y más papel, hasta ser viejo.
Pichón de fantasma
Al fantasma bebé que es tan chiquito,
y para enojo de su fantasmamá,
no se le escucha decir ni un “buuu” correcto,
sólo le sale “babá, babá, babá”.
Mamá comprame
Mamá comprame el trompo, ya no aguanto
es todo ultragaláctico, importado,
tiene diez luces de neón de acero
y veintitrés lanzadores colorados.
Mamá, mamá, todos los chicos tienen,
no puedo ser el-único-sin-trompo,
me arrodillo, suplico, te prometo
lo cuido con mi alma y no lo rompo.
Mamá, ¿ves?, el que tengo ya no sirve,
no gira lasersónico ni imita
las voces de los héroes de la tele,
mejor lo guardo, cansado, en su cajita.
Mamá, el trompo nuevo es fabuloso,
no vas a arrepentirte, te aseguro,
haré todos los dÍas mi tarea
mi cama y los mandados, yo lo juro.
Mirá que sin el trompo quedo solo,
abandonado en medio del recreo,
nadie nunca jamás vendrá conmigo
a jugar con mi viejo trompo viejo.
Dale, porfis, mamá, que yo te quiero
un montón y si llama ahora, viene
el trompo con su estuche y un llavero,
por el mismo valor, mami querida,
más un abrazo infinito para madres
y un decorativo monedero.
La máquina de hacer los deberes
Una caja de tizas, muchos libros,
un mapamundi, un pizarrón rallado,
algunos engranajes y tornillos
y un maestro pequeño en buen estado
serán los elementos necesarios
para hacer una máquina eficiente
que haga los deberes y no chiste
y que siempre te saque un excelente.
Cucharita, cucharón
Cucharita, cucharón,
no me junto más con vos.
Abrelatas y tacitas,
devolvé mis figuritas.
Sopa, flan y pollo frito,
acá están tus dos autitos.
Chocolate con banana,
no te presento a mi hermana.
Una pizza y un budÍn,
juego solo en mi jardÍn.
Servilleta y milanesa,
me aburro hasta la cabeza.
Con manteca y pan tostado,
¿qué tal si nos amigamos?
ChupetÍn y plato hondo,
yo soy tu amigo hasta el fondo.
Colmos de chicles
Era un chicle tan vistoso
que a una mosca enamoró.
(Por supuesto, dejé al chicle...
y él con la mosca voló!)
Era un chicle tan prolijo,
que cuando no lo mascaba,
me juntaba las pelusas...
mi cuarto superbrillaba!
Nunca un chicle tanta suerte
en un examen me dio.
Te lo paso pero, ojo:
de vuelta lo quiero yo.
Colores que me llevarÍa a una isla desierta
Color botella al mar
y color sombra,
por si falta quizás,
color palmera.
Color lata de atún
para el almuerzo,
y, por no pasar frÍo,
un primavera.
También, por cierto,
junto al color balsa
y al infaltable
tono abrelatas,
pondrÍa un color socorro intenso,
un “por favor, ya vengan!
¿me rescatan?”
Subrojo
La maestra
corrige
subraya
sonrÍe.
El alumno
espera,
ojos submarinos.
Hay error
en rojo.
Sonrojo
subido.
Gris niebla lenta
Gris niebla lenta
cubre la entrada
al puerto.
Hay barcos estancados
como elefantes
con pésima memoria.
Una llovizna
dibuja
palotes en el aire
con gran aburrimiento.
Pateo una piedrita
gris,
claro.
O una palabra usada.
Gaviota
La gaviota pica el mar
y agujerea las olas,
por eso a la orilla llegan
burbujas y caracolas.
Golondrina
Una golondrina
no hace el verano: son dos.
Una lo hace Santa Clara;
la otra, lo teje punto arroz.
El pájaro ojo
Vive posándose
en las cosas.
Cuando se cansa de volar,
te duermes.
Sapo guardián
Mi abuela tiene
en el fondo del jardÍn
un sapo
casi negro piedra quieta.
Vive cantando,
al tuntún, tintÍn,
bien sentado
detrás de una maceta.
Si pasa una mosquita
estira ping!
su lengua
con chasquido de raqueta.
Es que es sapo guardián,
el serafÍn,
de los pimpollos
de la rosa mosqueta.
Collar de sapos
Sapo que quiere mosca,
la lengua enrosca.
Sapo que salta
es sapo que falta.
Sapo verde esmeralda,
ven y rasca mi espalda.
Sapo en tu bolsillo,
salta si escucha un grillo.
Sapo de la charca,
en un loto se embarca.
Sapo infrarrojo,
mira fijo a los ojos.
Si un sapo está en la ventana,
es porque espera a una rana.
¿Un sapo con un bastón?
Está listo para el show.
Un sapo en una nuez
es una miniatura, ¿no lo ves?
Sapo que tiene coronita,
está hechizado, ay, mamita!
El que en tu pie se posa
no es sapo sino paso, ¿qué otra cosa?
La pelota
Si mi pelota está contenta rueda
hasta los pies de otro chico en la vereda
y nos hacemos amigos y un partido
termina y otro enseguida empieza.
Si está enojada conmigo, en cambio, vuelve
hacia un cantero y destruye flores, plantas;
o se esconde en un viejo tronco hueco
y no hay manera de hacer que afuera salga.
Si está aburrida, choca y choca y choca
siempre igualita contra una pared.
Si está contenta, sin que yo la toque,
ella solita se mete en la red.
A la noche, la acuesto y le canto
un arrorró de pelotas y después,
la tapo bien, sino, me toma frÍo.
Esta pelota es como mi bebé.
Cancioncita
Tres ratones van:
uno con diente de azúcar.
Tres ratones van:
otro con diente de leche.
Tres ratones van:
y otro con diente de pan.
A tomar el desayuno,
tres ratones van.
Cuando las vacas vuelan
Tren, ventanilla, campo:
las vacas como los postes
se pasan casi volando.
Función
Galera, varita, magia:
salta un conejo en el aire,
una paloma lo atrapa,
una flor se hace pañuelo,
se arma un palacio de cartas.
Liviana
Una mari mariposa
que volando maripasa
se mariposa en mi mano
y no maripesa nada!
Entre los yuyos
Busca, busca entre los yuyos,
bajo la delgada lluvia,
un colla busca a un coyuyo.
El coyuyo llora y llora,
llueve bajito en los yuyos.
El colla, con su pincullo,
canta triste el canto suyo,
y el canto se le confunde
con el llanto del coyuyo.
Busca el colla, yuyo a yuyo,
y, al final, sube a su llama
y se aleja entre la lluvia,
con su canto y su pincullo.
El coyuyo ya no calla;
chilla y chilla entre los yuyos.
Ya no llueve, ya no colla;
ya no lluvia ni pincullo:
en los pastos sólo queda
brillo ‘e llanto de coyuyo.
Preocupado
Con las perlas de tus dientes,
yo enhebrarÍa un collar.
El problema es que, sin dientes,
¿con qué vas a masticar?
Como en jarrito
Todo cabe en un buen verso
sabiéndolo acomodar:
nubes, perros, esperanzas
y algunas miguitas más.
Pelada
Arriba de la laguna,
salió la luna pelada,
que si salÍa con pelo
no era luna sino lana.
La pajarera
El poema es pajarera
con reja de verso fino,
si lo lees en voz alta,
son libres los pajaritos!
Si en cambio sólo con ojos,
callas leyendo que vuelan,
los pajaritos te cantan
adentro de la cabeza.
Celeste
El que quiera muy celeste
que le cueste, que le cueste.
(Los demás colores, gratis
en el este y el oeste.)
HabÍa un caldero lleno...
HabÍa un caldero lleno
de sapos y culebras
que una bruja cuidaba
con su cuchara negra.
HabÍa un caldero lleno
de piedras y de brillo
que hervÍa con cricrac
de estrellas y de grillo.
HabÍa un caldero lleno
de llaves y candados:
con una probadita,
quedabas encerrado.
HabÍa un caldero lleno
de aire de burbujas,
de mentiras enormes
que decÍan las brujas.
HabÍa un caldero lleno
y es verdad, yo lo vi,
de comida de bruja,
pero yo no comÍ.
No se vale
En la fuente un angelito
hace pis, nadie se enoja.
Y encima tiran monedas
por si la suerte las moja.
Joya
Ojo a ojo, sombra a sombra,
en el bosque se hace noche
hasta que sale la luna
y en el azul pone un broche.
Mojada
Llueve llueve llueve llueve
sobre la entera ciudad,
llueve una lluvia sin causa,
no es tristeza, es humedad.
Torpe
PerdÍ anoche
el canto de aquel grillo.
Se me calló.
Cuadrúpeda
La silla tiene
cuatro patas y un sueño.
A ver si sabes!
Historia del diente y el ratón que no sabÍa leer
En el medio de una risa,
un diente con una carta
está esperando al ratón,
asomado a la ventana.
Quiere pedirle que vuelva
a buscarlo otra semana
y metió adentro del sobre
un dibujo, ocho palabras.
El dibujo es el de un diente
con una flecha clavada.
Las letras dicen: “Más flojo
está el diente de la hermana”.
Pero el ratón que no sabe
nada de hermana y palabras,
pasó y se ha llevado todo:
diente, sobre, flecha y carta.
Mariposas de colores
La mariposa verde
en la rama se posó.
Como la rama no vuela,
sentadita se quedó.
La mariposa roja
fue a visitar a una flor
Tomaron té con masitas
que les sirvió un picaflor.
La mariposa blanca
en la nieve se cayó.
Como era ya flor de hielo,
un oso vino y la olió.
La mariposa amarilla
con alas de seda gruesa
es una estrella que brilla
en la selva más espesa.
La mariposa rosada
en el pelo se enredó:
se estaba peinando un hada,
fue a mirar, se resbaló.
La mariposa negra
batió las alas, violenta,
sobre la tierra hizo noche
y se encendió la tormenta.
Mi robot
Con varias latas y tuercas y tornillos,
una tarde un robot me fabriqué.
Después, con una caja de botones,
hice un control para moverlo bien.
El botón rojo activaba la cabeza
para decir que sÍ y decir que no;
con el verde caminaba apurado;
con el azul, me mostraba el reloj.
Con el botón dorado de mi abuela,
el robot daba pasitos de vals;
y con otro botón bailaba el tango,
con uno, más chiquito, el chachachá.
Puse botones de saltar bien alto,
de embocar la pelota, de contar.
Y puse uno de tirar juguetes,
pero, ay!, se me olvidó el de juntar.
Al otro lado del mundo
“Ya no sigas borrando, Adelina,
o un hoyo harás que llegue hasta la China”.
A su maestra no oyó
Adelina, y borró.
Y ya esta historia sabrás dónde termina.
Bla...bla...bla...
Una niña con otra hablaba hablaba,
las palabras salÍan enblabladas.
Tanto su boca abrió
que una mosca tragó.
Pero enseguida la escupió... mareada!
No es para burlarse
Caminaba al revés todos los dÍas
mi primo Juan cuando iba con mi tÍa.
Una vez se golpeó
contra un poste y quedó
vibrando como un gong. No, no te rÍas.
Maleducado
Un muñeco de nieve hizo Mariana;
como hacÍa frÍo, lo acostó en su cama.
El colchón, el ingrato
“mojó” después de un rato,
y se marchó sin decir ni “hasta mañana”.
Poema para jugar a la rayuela
Tiro una piedrita,
¡plaf!, a la laguna.
Le da en el ojo a la luna.
Tiro dos piedritas
al aire delgado,
paso al otro lado.
Tiro tres piedritas,
caen a mis pies.
Empiezo otra vez.
Cuando tiro cuatro,
miau, renegro noche,
se me cruza un gato.
Y, del susto, cinco
tiro piedras, brinco.
No paro hasta el seis,
siete, ocho y nueve:
y ahÍ es cuando llueve.
Salto y llego al diez,
un mar con un pez.
Y el mar borra todo,
la tiza, el recreo:
me quedo parado
en la c de cielo.
El señor del reloj
Ese señor que tic
camina alrede tac
no se detiene re
ni se apresura loj
no se retrasa loj
no se adelanta re.
A menos que:
le dé cosquilla re
le agarre risa loj
tropiece en un minu
y pierda su bastón.
Trababrujas
Teje una bruja
de arriba hacia abajo
con lana y aguja,
ajo y estropajo.
Usa una madeja
de lana de abeja,
de lana de lija,
de esponja y de reja.
Mira su reflejo
y aňade al tejido,
rodajas de espejos
algunos quejidos.
Frunce bien las cejas,
desteje a destajo,
y otra vez empieza
todo desde abajo
Castillo en el aire
Un castillo con tres fosos de arena,
cuatro torres y un puente hizo Malena.
Cocodrilos no puso
y una ola se opuso.
¡Adiós, castillo y torres! ¡Adiós, nena!
Cariñosito
Un niñito inocente de Entre RÍos
se ponÍa un suéter para el frÍo.
Las mangas se enredaron
de pronto, y “lo abrazaron”.
(Te lo cuento, y me da un escalofrÍo.)
Querida estrella:
Que tu luz pequeñita, yo te pido,
me prendas a la noche por un rato,
justito cuando veas que me besa
mi mam y se queda oscuro el cuarto.
Te lo pido como un favor enorme:
estoy leyendo un libro que no para.
Son tantas aventuras y suspenso!,
que mi linterna vieja no me alcanza.
Si tú me das tu luz, yo te prometo
dejarte ver qué pasa, estrella mÍa.
InclÍnate apenas sobre la hoja
y leamos juntas hasta que llegue el da.
Sombra
¿Qué es la sombra?
Es el sol que te sigue
y que te nombra.
Migas
Las piedras son las migas
de la montaña.
La cuestión es: ¿quién mordió
para dejarlas?
Pelusas
Debajo de la cama,
las pelusas
y, aunque tal vez,
de manera confusa,
a las cosas perdidas
las rodean
y llaman tu atencin
para que veas.
Deseo navideño
Que la estrella
de tu arbolito
se tambalee
y la veas de pronto
hacerse fugaz
cayendo
para que puedas
pedirle
tu mejor deseo.
En el jardín
La estrella del jardín,
la mariposa,
es una estrella inquieta:
en vez de sólo
guiñar los ojos,
vuela y se posa
vuela y se posa
vuela y se posa.
Y entre que vuela y se posa,
está siempre en el borde
brillando
de lo que ves,
¡qué cosa!
Cuando yo era una sirena
Cuando yo era una sirena
a las orillas del mar,
con luz de espuma dorada
mi pelo ponía a lavar.
Un peine de coral fino
y mucha paciencia usaba:
cangrejos y caracoles,
de la orilla me sacaba.
Por fin, antes de alejarme
por las olas enredadas,
me prendía al pelo peces
de escama de brillo y plata.
O si ya era de noche,
estiraba el brazo al cielo,
y una corona de estrellas
bajaba para mi pelo.
Precaución
Nunca pongas una silla
al lado de una ventana:
es seguro que se asoma
y, ya sabes, ¡tiene patas!
Con dos finales
Un pajarito en la punta
de mi lápiz se posó:
picó y cantó el pajarito
a) y el lápiz se me calló.
b) y el lápiz se me cayó.
¡Puf!
En el mar de los trabajos,
lo que más trabajo da
es escurrir la paciencia
y poner el tiempo a secar.
Menos mal
Si Papá Noel no tuviera
trineo con renos mágicos,
visitar a los niñitos
¡le daría gran trabájico!
Reflector
Gato en lo oscuro.
Sobre el rayo de luna,
¡pobre! el ratón.
Cartera
La nieve envía
yo no sé cuántos miles
de sobres blancos.
Hoja
En la punta de una rama,
tiembla tímida una hoja.
El viento la hace pensar,
si se aferra, si se arroja...
Pasa otra hoja volando,
es pájaro, está feliz...
Y la hoja se decide,
se suelta, se deja ir...
Melena
¿Cómo se peina al león?
Con cepillo despacioso,
de preferencia, dormido.
Y con cuidado. Y sin ruido.
Sombra
¿Qué es la sombra?
Es el sol que te sigue
y que te nombra.
Estribillo
¿Qué viene a ser, qué es
un estribillo?
La cancioncita
que canta y canta el grillo.
Nuez
¿Qué es lo que ves
adentro de esa nuez?
Azul, montaña
y un río de agua pura.
Y en el valle, sentada,
una cabaña.
(Claro que todo en miniatura.)
Fantasma
¿Quién me puede decir
qué es un fantasma, justo?
Una sábana anudada
con un susto.
Genio
Cuando mi abuela
sirve el té yo espero
que salga el genio
y pido mi deseo.
¿Y si sale la luna?
Por un rato, solo por un rato,
corre el ratón
a la sombra del gato.
Tesoro
Cada estrella que cuentes
te la quedas,
¡Podrás ser rico
una noche entera!
¡Guau!
Para estar bien contento
hay que tener
cola de perro
y saberla mover.
Furtivo
Con poquito piquito
se lleva el rojo de la flor
el colibrí.
Después le miente al viento:
"Yo no fui".
Error
Esta risa sale sola
por los bordes de mi boca;
aunque me ponga bien serio,
ella me hace equivócar.
Origami
El que comió este chocolate
sabe
que después
del lustroso sabor moreno dulce
con su piel que es brillante
podrá hacer una estrella.
Blanco nieve adentro
Adentro de la nieve
está lo blanco
abriendo ojo tras ojo tras ojo del insomnio.
Cuando los cierre
ojo tras ojo tras ojo del invierno,
podrás soñar con el verano.
Punto negro
¿Es la víbora de la pregunta
la que se enrosca
negra
negrísima
sobre el punto de la duda?
Amarillo moneda
Todo es oro lo que brilla
y más, en la alcantarilla.
El deseo te lo dice,
que mete cola amarilla.
Colores que me llevaría a una isla desierta
Color botella al mar
y color sombra,
por si falta quizás
color palmera.
Color lata de atún
para el almuerzo,
y, por no pasar frío,
un primavera.
También por cierto
junto al color balsa
y al infaltable
tono abrelatas,
pondría un color socorro intenso,
un “por favor, ¡ya vengan!
¿me rescatan?”
Gris niebla lenta
Gris niebla lenta
cubre la entrada
al puerto.
Hay barcos estancados
como elefantes
con pésima memoria.
Una llovizna
dibuja
palotes en el aire
con gran aburrimiento.
Pateo una piedrita
gris,
claro.
O una palabra usada.
Rosa barbie
Es un color
tentáculos de pulpo.
O goma de mascar espesa.
Es un rosa constante
indestructible.
Como si fuera gelatina gruesa,
se va adhiriendo,
¡no puedo impedirlo!,
a todas todas pero todas
las cosas de mi pieza.
Respuesta
¿Qué dicen los árboles al viento
cuando él los sopla con ganas?
Rama, rama, rama, rama,
rama, rama, rama, rama.
Eco
El eco es un hueco
eco
eco
relleno de sonido
que sirve como nido
nido
nido
a las palabras sueltas
que el viento trae de vuelta
vuelta
vuelta.